Liniers dejó escapar puntos importantes en su visita a Tapiales. No asumió decididamente el protagonismo que se esperaba. A pesar de ello continúa dependiendo de si mismo.
El primer tiempo fue para el olvido. Apenas una llegada por izquierda de Domínguez apenas comenzado el partido muy bien conjurada por Peyrous en la salida. El juego anodino, de pelotazos sin destino, fue el común denominador. Liniers no se puso el traje de candidato y Lugano, aplicado en la marca, cortó los circuitos en el medio en función del acertado desempeño de Ruíz y Romero. El celeste apenas se acercó con un remate de Lynch y un tiro libre de Galeano, sin mayores consecuencias. Juego entrecortado. No se intentó, ni se dejó jugar. Un cero completo.
Para el complemento se
esperaba que Liniers fuese a buscar el triunfo que necesitaba. Los cambios no
transformaron la ofensiva y no pudo desplegar el ataque con velocidad. Lugano
se paró de contra y se hizo peligroso cuando el celeste quedó mal parado.
Sallaberry debió esforzarse para evitar una pelota complicada en el área.
Liniers a pesar de ejercer un mayor dominio no llegó a generar situaciones de
gol de manera reiterada. Trató de aprovechar la pelota detenida, y en tal
sentido en los últimos 15 minutos, cuando el reloj comenzaba a convertirse en
el principal enemigo llegó Potarski de cabeza apenas desviado, luego Orellana también
de cabeza muy cerca de un poste y a los 38 nuevamente el delantero tuvo la
opción más clara, pero Cravero evitó el tanto en magnífica intervención. A
pesar del asedio, Lugano no ofreció espacios entre las líneas, desconectó el
juego por las bandas y complicó de contra y Díaz Peyrous sobre el final evitó
la conquista naranja. La igualdad fue inmodificable.
La Topadora no pudo
superar el planteo naranja y desperdició una magnífica oportunidad de
despegarse del resto de los equipos en la tabla.
Quedan 3 finales y la necesidad casi segura de sumar entre 7 y 9 puntos para alcanzar el objetivo del ascenso directo. Ya no se pueden dar más pasos en falso.
Víctor Marinelli
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