Liniers perdió inmejorable chance de subirse a la punta y de clasificar a la Copa Argentina. Le faltó personalidad, tuvo desajustes notorios en defensa y cuando tuvo el empate al alcance de la mano, recibió el golpe de gracia que lo dejó sin reacción.
El partido tuvo gran dinámica y muchas situaciones de gol. En el primer tiempo sorprendió en el inicio Victoriano con llegada de Medina y respuesta positiva de Cheppi. Liniers tomó la iniciativa con el empuje de Basualdo como factor desequilibrante. A los 12 la más clara fue una llegada del delantero por izquierda con centro conectado por Szerdi y rebote providencial en un defensor con el arquero vencido. Pero el panorama fue cambiando en la segunda mitad de la etapa. Increíblemente Liniers bajó la presión alta, cedió posiciones en el campo y Victoriano con pelotazos comenzó a complicarlo. A los 22 llegó un desborde de Baki con centro al corazón del área y Pastoriza sin marca cabeceó solo por arriba del travesaño. Poco después anunciado tiro libre de Medina y Coselli cabeceó libre de marcas en el área chica a centímetros de un poste. A los 33 otro descuido defensivo, aprovechado por Nahuel Gómez (un jugador de otro nivel que tuvo participación protagónica en su equipo) con centro atrás muy bien conectado por Coselli que con terrible derechazo puso el tanto de apertura. Sobre el final tuvo el empate Hvala evitando Ismael Rodríguez el tanto sobre la línea. En la réplica increíblemente se lo perdió Coselli recibiendo una nueva asistencia de Baki. Liniers desconocido, sin circulación de pelota, con errores defensivos y jugadores que no podían hacer pie.
En el inicio del complemento se perdió el segundo Nahuel Gómez mano a mano con Cheppi definiendo cerca de un poste. A partir de allí se vio lo mejor de La Topadora. Con empuje el equipo pareció recobrar la memoria y tuvo varias chances para igualar. Primero fue el arquero Véliz que le tapó un remate a Basualdo, luego fue Hvala que definió por arriba tras recibir una gran asistencia de Ricabana, a los 6 Gallardo sobre la línea que evitó el empate y la más clara la tuvo Szerdi a los 11 con un remate que fue devuelto por el travesaño, picó en la línea y salió. Victoriano parecía que no soportaba la presión y el empate estaba al caer. Encima el arquero local no daba demasiadas garantías. A los 19 falló y Basualdo estuvo cerca de empatarlo por arriba. Sin embargo, e increíblemente a los 22 en una pelota larga y aérea sobre el área celeste, dudó demasiado Rosas y Cheppi quedó sin chance ante el cabezazo de Coselli que convirtió el tanto y bajó el telón. A partir de allí Liniers se quedó sin argumentos. Como en tantos partidos no apareció la rebeldía necesaria para dar vuelta la historia a pesar de los cambios ofensivos. Sobre el final descontó Potarski, pero ya no había tiempo para más.
Liniers no fue fiel a sus convicciones. Es un equipo con jugadores dotados técnicamente para poner la pelota contra el piso y marcar diferencias. Hizo todo lo contrario: jugó al pelotazo que favoreció notoriamente las posibilidades del rival. Como nunca fue inconsistente defensivamente y la impericia de Victoriano evitó recibir un par de goles más al cabo del primer tiempo. Dejó la presión alta que obligaba al error del rival en los primeros minutos para ceder la iniciativa y esperar en su campo. Y en el complemento, faltando medio tiempo, dio señales anticipadas que no podía dar vuelta la historia. La derrota, implacable, derrumbó los buenos momentos y reafirmó las debilidades.
Un paso atrás muy importante, que obliga a replanteos. Liniers en esta categoría es el más grande y debe tener mentalidad de equipo grande. Para ello hay que encarar los partidos (especialmente de visitante) con otra actitud, y por sobre todo estar convencidos del peso histórico que hay detrás de la camiseta celeste.
Víctor Marinelli
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