Liniers en Ascenso
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Con dos goles de Daniel Costas, Liniers superó 2 a 1 a Yupanqui. Un triunfo que debió ser por mayor amplitud. El Fútbol se suspende hasta el 31 de marzo. Próxima Fecha: Puerto Nuevo-Liniers.

domingo, 22 de mayo de 2016

MERLO CONMOVIO A LINIERS, QUE NO TUVO REACCION

Difícil de explicar. Era la final por el descenso en la que había que jugarse la vida y Liniers estuvo lejos de todo eso. Dos distracciones, dos goles, y un equipo fulminado sin reacción. Era una final y no la jugó como tal y quedó complicadísimo. Es más, por la dimensión, fue el peor partido del campeonato. Desilusión por los puntos perdidos y el juego bajo.

¿Qué pasó? Liniers si bien era visitante venía mejor perfilado que un Deportivo Merlo con problemas internos y en caída libre. Pero, ¿Se tuvo en cuenta que se jugaba una final? ¿que ganar era tener a mano la salvación, pero perder -tal como ocurrió- era una condena anticipada?. Tampoco desde el banco hubo señales positivas. Un planteo inicial pensando más en jugar con el nerviosismo y el error del rival, que en salir decidido a buscar el partido. Y ante la desventaja no se tomaron buenas decisiones para cambiar el rumbo, con cambios que tardaron en producirse, y hasta inexplicablemente con un delantero que quedó sentado en el banco sin entrar. El equipo no tuvo rebeldía, jugó al mismo ritmo mientras duró el empate como luego en la derrota. No pareció entender bien la importancia de lo que estaba en juego.   

Liniers mostró su mejor cara en el primer cuarto de hora cuando el partido fue de ida y vuelta. Ordenado, manejó con criterio el balón, y dejó una mejor imagen ante un rival impreciso y apurado, que tenía la presión de su gente y que reclamaba cuanta jugada dudosa sobre el área celeste se producía como una inexistente infracción de Mantovani. A su vez Olmedo debió recibir roja por un artero golpe a Ortíz López que sospechosamente el árbitro no vio, como tampoco ninguno de sus asistentes. Instantes después nuevamente el defensor fue con violencia, esta vez sobre Coronel, y allí recién apareció la primer amarilla. Liniers con el correr de los minutos fue cediendo la iniciativa a un equipo limitado, que con actitud se lo fue llevando por delante. Cachi López cerca de la media hora produjo la única llegada celeste con cierto riesgo a través de un remate cerca del ángulo superior izquierdo. Merlo con empuje fue arrimando peligro. Cabrera debió revolcarse en un par de oportunidades, hasta recibió una fuerte infracción de Ferro que bien pudo derivar en tarjeta roja. Cuando el descuento se consumía, llegó una infracción sobre Allende en mitad de cancha no sancionada y Liniers pareció quedar distraído con la jugada, desatendiendo la pelota que cayó en los pies de Azcurra, quien habilitó rápidamente por izquierda a Graneros que definió sobre la salida de Cabrera.

Si el primer gol fue psicológico, qué decir del segundo apenas iniciado el segundo tiempo, cuando nuevamente por derecha Azcurra-la figura del partido- asistió a Molina que cómodamente de cabeza convirtió por arriba de Cabrera, ante una zaga central que se quedó reclamando fuera de juego. Tan simple que el jugador de Merlo ni necesitó saltar para el cabezazo. Y este gol derrumbó a Liniers definitivamente. El ingreso de Sanabria buscó darle más agresividad al equipo, Coronel se debatió por izquierda en soledad y fueron vanos los intentos del Polaco Ortíz López y de Castano. Merlo se refugió bien atrás, tejió una telaraña con dos líneas de cuatro. Romero siguió delante de la línea de fondo y Fleitas por el sector central. Tardío el ingreso de Mendoza para armar una línea de tres, e incomprensible como Paoluccio quedó en el banco con un cambio por hacer. Liniers dominó de manera intrascendente, sin ideas ni convicción para inquietar a Di Grazia que no tuvo casi intervenciones de riesgo. Recién sobre el final en un peloteo en el área chica el celeste llevó apremio. Merlo cerró la persiana luego del segundo gol. Apenas tuvo una oportunidad de contra a través de Varela que conjuró magníficamente Cabrera. La sensación final es que el equipo no murió de pie. No apareció el amor propio. Renunció ante la adversidad. Y esto fue lo más preocupante y desalentador.

Ahora la situación cambió radicalmente. Liniers quedó al borde del abismo. No depende de si mismo, sino en gran parte de lo que hagan los otros equipos amenazados.

Víctor Marinelli

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