Liniers en Ascenso
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Con dos goles de Daniel Costas, Liniers superó 2 a 1 a Yupanqui. Un triunfo que debió ser por mayor amplitud. El Fútbol se suspende hasta el 31 de marzo. Próxima Fecha: Puerto Nuevo-Liniers.

domingo, 17 de abril de 2011

LINIERS RECUPERO LA SONRISA

El frío resultado final marcará que concluyeron las últimas y remotas chances de arribar al primer lugar de la tabla. Lo más importante fue el quiebre que se produjo en el rendimiento. Del Liniers del primer tiempo, atado, irresoluto, con errores defensivos y sin actitud; que se asemejó en mucho al de los últimos partidos, apareció el del complemento, avasallante, de fútbol lucido y penetrante, de personalidad y coraje, que se acercó bastante al de la primera etapa del torneo.
Liniers a todas luces no sólo mereció el triunfo, sino haber goleado a Justo José de Urquiza. Generó innumerables situaciones clarísimas de gol (más de una docena), que incluyen tres tiros en los palos y erigiendo al arquero rival en figura.
Urquiza comenzó muy cómodo. Trató de llegar por izquierda, pero en dos pelotas detenidas en menos de 20 minutos encontró una diferencia importante en el marcador. Salvatierra y Steimbach definieron con sendos cabezazos. Liniers, que intentó manejar el trámite se encontró con dos cachetazos que le pusieron freno. A pesar de ello, tuvo situaciones a través de un tiro libre de Fuentes, una entrada de José Banegas, o un peloteo en el área que concluyó con un remate de Ernesto Banegas en el travesaño, al margen de un penal no sancionado por Biasutto. Liniers no conseguía desbordar a través de Palmerola, y Brunetti era bien tomado. Tampoco podía progresar por las bandas. Urquiza con practicidad arribaba a un triunfo tan justo como impensado.
La mano de Zamacola se sintió en el complemento. Nuevamente el ingreso de Nilo Vigna resultó sustancial en la recuperación. Por derecha se juntó con Casais y comenzó a desequilibrar con su habilidad. También se encendió Stansiola por izquierda, permanentemente habilitado por Fuentes. Brunetti ganaba en el área, Varela -el otro ingresado- llevaba las marcas. Liniers acorralaba a Urquiza y le hacía sentir el rigor. Situaciones de gol sin solución de continuidad: Berro le tapó un mano a mano a Stansiola, espectacular apilada de Vigna y remate en un palo, descuento de Brunetti de penal ampliamente justificado. Pero las penurias volvieron por un instante. Una pelota que pica mal, dudas que otra vez aparecen y Salvatierra fusilando a Marcos Fernández para el 3 a 1. La historia parecía irremediable y marcaba una nueva desilusión, similar a las últimas. Liniers tocaba fondo.
Muchas veces se dice que en los momentos difíciles aparece el temperamento, la garra, la personalidad de un equipo. Y Liniers felizmente demostró una vez más tener esos atributos, agregándole el aditamento principal del buen fútbol: en los últimos 25 minutos borró de la cancha a su rival, que azorado asistía impertérrito a una demostración futbolística de alto nivel. La Topadora desbordó totalmente a Urquiza, que debió insistir en la infracción para frenar el aluvión. A los 20 Casais se enrieda de cara al arco semi vacío y se pierde el descuento. Un minuto después Varela elude al arquero y desde ángulo cerrado no puede convertir. Tanta insistencia tuvo su premio a los 25 llegar al descuento a través de Brunetti. Ingresó Portillo para profundizar el desequilibrio por derecha, y junto a Vigna conmovieron en ataque. Media hora de juego y un gol de antología, donde combinaron Vigna, Brunetti y Portillo, que definió cruzado. El empate no conformaba aún. La visita con cambios quiso revivir en ofensiva, pero no lo consiguió. Berrio a los 35 le ganó la pulseada a Brunetti, cuando este mano a mano se aprestaba a eludirlo. Stansiola imparable, generaba infracciones por su sector, y las amarillas se sucedían en la visita. Liniers con una determinación admirable seguía de cara al arco rival en busca del desnivel. Para ello contaba con un pulpo en el medio como Ernesto Banegas y un Silvio Fuentes que parecía un titiritero. A los 39 falló el arquero y un cabezazo de Farrera dio en el horizontal y en los minutos finales Brunetti y Fuentes tuvieron un par de chances cada uno que arrimaron serio riesgo.
Como hacía tiempo no acontecía el equipo terminó con una imagen inmejorable. Más allá del resultado, recuperó su esencia, el fútbol que lo llevó a posiciones de privilegio, mirando siempre el arco de enfrente.
Para ganar el Reducido hay que llegar lo mejor posible. Liniers en el segundo tiempo dio el primer paso, y tendrá que conseguir estabilizarse para recuperar el potencial que supo tener, y que ahora pudo elevarlo hasta límites insospechados.
La sonrisa final parece borrar todo lo anterior. No se produce por el empate, sí porque las barreras se derrumbaron y se recuperó el convencimiento: Jugando así, Liniers vuelve a ser candidato de fierro frente a cualquier rival que tenga por delante.

Víctor Marinelli

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