Liniers viene de ascender de la D y con poco presupuesto busca subir a Primera B. Ariel Melián, el DT, confía en su plantel.
Pocas cosas le deben quedar al fútbol de AFA con “gustito” amateur. Liniers, el club del Oeste del conurbano que juega el torneo de Primera C, es uno de esos componentes que se mueven -con éxito- en un mundo profesional. La cuarta categoría no maneja los mismos parámetros económicos que las primeras dos que se alinean después de la elite, pero existen clubes que cuentan con sponsors, gerenciamientos o dádivas de diversas procedencias. La Topadora no tiene nada de todo eso, pero pelea el ascenso directo a Primera B y el año pasado jugaba en la “D”.
Parece un cuento de hadas, pero el equipo tiene por debajo de su posición a Lamadrid, que lo escolta a un punto, Talleres de Escalada, Argentino de Merlo, Laferrere y Central Córdoba: clubes que cuentan con ingresos mayores que se traducen directamente en un mejor presupuesto para afrontar los objetivos en cada torneo. En Liniers ninguno de los jugadores vive sólo del fútbol.
“Tenemos que pensar en eso, nivelamos las cargas en la semana, porque después tienen trabajos o estudio”, aclara el técnico Ariel Melián, que no hace otra cosa que valorar al grupo que comanda. El mundo del ascenso lo sabe: con dos o tres sueldos de jugadores de, por ejemplo, Laferrere, se paga todo el presupuesto de Liniers. Melián sabía de todo esto antes de llegar -el ascenso anterior fue comandado por Osvaldo Ruggero, quien siguió hasta la pasada fecha 17- y está convencido de lo que pueden rendir los suyos.
“Lo digo desde que llegué al club: esto no es una racha. Las rachas se cortan después de siete u ocho partidos cuando no podés mantener un nivel de juego o una idea para perseguir un objetivo, todo lo contrario a esto”, remarcó el entrenador que destacó la actitud de su plantel porque “trabaja con lluvia, no importa como esté el día y se entrega al entrenamiento, sin que deje de ser divertido”. Tanta es la confianza, que asegura que el futuro de muchos no tiene techo.
“El jugador que está en la C quiere llegar a primera división y acá hay muchos jugadores que pueden llegar. Me dirás que estoy loco, pero no. Uno ve partidos del ascenso o Primera y no hay, por eso se busca mucho, un punta que se pueda mover por los dos lados, que sea picante y rápido, como Palmerola. Después tenés un Brunetti, que es un nueve de esos pesados que ningún central quiere marcar o un central que tenga técnica y que no revolee la pelota, aunque a veces hasta yo se lo pida, como López”, elogia a tres de sus jugadores.
Entrevista: Luciano Bottesi
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