En los planes igualar con Laferrere de visitante era un resultado por demás interesante. Luego de jugados los 90 minutos quedó la sensación agridulce de que Liniers pudo ganar cómodamente el cotejo, pero le perdonó la vida al local, y casi se queda con las manos vacías.
Finalmente Pili López no pudo ser de la partida, volviendo a ser titular Miguel Farrera. En definitiva, con la vuelta de Silvio Fuentes, La Topadora de entrada apostó fuerte en Sidney y Magnasco: Fue el protagonista casi exclusivo del período inicial, generando innumerables situaciones de peligro. Ya en los primeros 5 minutos había llegado 3 veces al arco del debutante Joaquín González. Laferrere en defensa era una invitación al gol. Palmerola por derecha generaba desequilibrios constantes, Brunetti era una cuña insalvable dentro del área. La hinchada de Lafe comenzó rápidamente con cantos amenazadores al ver que el equipo no respondía. La figura del arquero en un par de ocasiones se agigantó. Fuentes también lo exigió. Hasta que sobre los 29 Stansiola robó un balón en el medio y habilitó a Brunetti que definió con categoría. La respuesta del local no se hizo esperar, y Marcos Fernández fue probado a fondo ante un remate de Portillo. Pero Liniers siempre fue más, dominó con soltura el campo, distribuyó con criterio el juego y tuvo sobre el final otra muy clara cuando Brunetti hizo estrellar el balón en el travesaño y en el rebote, solos frente al arco vacío se molestaron Gnocchi y Stansiola y no pudieron definir. El 1 a 0 era a todas luces exiguo.
En el complemento la historia fue distinta. Laferrere salió a quemar las naves. Acorraló a Liniers, que no pudo controlar la pelota. Empujando, con más fervor que fútbol, el local tuvo en la Vieja Moreno a su figura rutilante, al hombre dueño de las pelotas detenidas y organizador el juego. La salida por lesión de Brunetti tampoco favoreció a La Topadora. Tal vez se esperaba el ingreso de un volante para tener más el balón (Nilo Vigna por ejemplo), pero Ruggero prefirió otro delantero (Alejandro Varela, en este caso). Marcos Fernández fue constituyéndose de a poco en figura, junto a una defensa siempre firme, fundamentalmente en lo alto, un recurso que buscó el local incesantemente. La actuación del árbitro Lucas Di Bastiano en el complemento dejó mucho que desear. Ante similares infracciones, fueron cobradas sólamente las que tenían como destino el arco celeste. Y en varias ocasiones los tan temidos contragolpes encabezados por Palmerola o Gnocchi se vieron abortados por decisiones del juez. La presión de la tribuna era constante. Por 4 minutos estuvo suspendido el partido, con parciales arriba del alambrado. Pero la insistencia del verde finalmente tuvo su premio. Sobre los 33 Adrián Castro recibió de Unzurrunzaga y con impecable cabezazo hizo estéril el esfuerzo de Marcos Fernández. Los minutos finales fueron electrizantes. Liniers, ya sin Palmerola (ingresó Vigna en su lugar) intentó desequilibrar, pero el local también tuvo su chance, especialmente en el 5º minuto de descuento cuando Distéfano hizo extremar al arquero celeste.
Liniers jugó un primer tiempo de novela, y tuvo todo para liquidar en ese período el partido. En el complemento sintió el trajín y Laferrere revivió de la mano de sus individualidades, tuvo como aliado al árbitro y arribó al empate. Aunque en el balance general estuvo algunos puntos por debajo de La Topadora.
La punta ahora es compartida con Talleres, pero el fútbol de alto vuelo sigue siendo patrimonio exclusivo del Celeste de Villegas.
Víctor Marinelli
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