Uno por Uno

Marcos Fernández: falló en el gol de Victoriano, pero al rato se reivindicó evitando el segundo ante un derechazo de Sánchez. Inteligente, se “lesionó” al instante del gol de la visita: enfrió el cotejo, que venía mal para Liniers.
Darío Schiavello: Le faltó participar más en ataque, no tuvo problemas en la marca. La primera amonestación fue desacertada, aunque la segunda se la ganó por barrerse contra More, innecesariamente.
Manuel Albornoz: No fue su mejor partido, varias veces quedó a “contrapié” de la jugada. Pese a ello fue la voz de mando de la defensa y uno de los responsables de adelantar al equipo en su peor momento.
Pablo Mastandrea: Muy sólido para cubrir su sector y para tapar los espacios que
-lógicamente- dejó Stansiola. El mejor de la defensa.
Luis Stansiola: Un 3 mentiroso; cubrió bien el sector que le asignó el cuerpo técnico, pero siempre que pudo se adelantó y desbordó en ataque. No se lo vio incómodo pese a un rol poco habitual para él.
Mauricio Soto: En el peor momento de la Topadora fue el que más pidió el balón: nunca se escondió y siempre hizo lo que pedía la jugada. No se destacó más porque sus compañeros se dieron cuenta tarde de que el “negocio” estaba por su lado.
Oscar Romero: Cómo siempre sacrificio y criterio para jugar la bocha, pero a la hora de marcar perdió la brújula. Levantó en los últimos 20 minutos de juego. Aún deja dudas su función repartiéndose la mitad del campo con Fuentes.
Silvio Fuentes: No se está desempeñando en su posición habitual. Se nota que no está cómodo; no se halla. Retrocede demasiado, lo cual hace que al tener el balón sus compañeros en ataque, él esté lejos del arco rival.
Walter Mastandrea: No le encontró la vuelta al partido. Por su sector, Rubén Sánchez fue uno de los mejores -sobre todo en el segundo tiempo- mientras que el ex Argentino de Quilmes encontró su lugar en el juego cuando pasó a jugar suelto delante de la línea de volantes. Ahí marcó el gol salvador y casi conquista otro.
Hugo Palmerola: Algunos destellos de calidad. Siempre deja la sensación de que puede rendir un poco más si se lo propone. De todos modos; tuvo que alternar posiciones y no desentonó.
Lucas Tiedemann: Estuvo bien marcado, y desde la expulsión de Schiavello quedó demasiado solo adelante. El ingreso de Acosta le dio más “lugar” en ofensiva. No obstante, cuando los mediocampistas por los costados no llegaron a posiciones de ataque para abastecerlo, quedó muy aislado.
Cuerpo técnico: La idea de jugar el balón al ras del piso, quedó a la vista; estuvo.
Movió el tablero según las circunstancias (expulsión de Schiavello y gol de los visitantes) y sus jugadores respondieron ante la órden “táctica”.
Así como hay cambios que sirven para ganar partidos, en este caso fue un cambio no echo el que le permitió a su equipo seguir con vida en el torneo: bancó a Walter Mastandrea (ante la realidad, que marcaba que el jugador no estaba en su día, y ante la hinchada, que pedía con urgencia su reemplazo) y el Tano marcó el empate con una deliciosa definición.
Después lo sustituyó, sólo para que lo aplaudan quienes minutos antes lo habían desaprobado.